martes, 8 de abril de 2008

Pitarsky

Se dice que se es de donde se pace y no de donde se nace. Pues bien, en estos últimos años mi vida se ha visto bastante alegrada por un foro de guitarristas por el que suelo pasar. Allí he conocido a un veterinario con patillas que vive en mi misma ciudad y que en condiciones normales no hubiera sabido ni que existe. También he tratado con personas que están lo más lejos que se pueda estar de la península, a otros que cambiaron de país, a amargaos con gafas, satánicos de chiste, gallegos con y sin retranca, madrileños en lista de a uno, zamoranos gaseosos, boludos argentinos, cazorleños roqueros, cantabrones, octópodos... y a la sección catalana. Por esta última tengo especial aprecio, ya que siempre me trataron con simpatía, "respeto" y deferencia. Allí están Yuan, Jordi, Jorge, Gerard... y Pere.

Pere es un catalán calvorota y curvilíneo (por decir algo) con el que tengo en común más cosas que conmigo mismo. Es oírle hablar y estar escuchando al yo tranquilo e inteligente que sospecho guardo escondido en algún lugar de este amasijo de grasa, piel y huesos. Siempre tiene un chascarrillo apropiado, una buena broma o un silencio adecuado si no va a hacer feliz a alguien.

Este fin de semana nos ha venido a visitar. Se ha alojado en casa del veterinario roquero y hemos pasado unos días estupendos. He roto la rutina tomando tapas por las terrazas, yendo a un concierto yasero, haciendo ruido con guitarras más viejas que yo, comiendo con los totaneros, disfrutado de la simpatía y hospitalidad de Constanza... hablando y riendo.

Se me ha hecho corto. A ratos pienso que el viernes por la noche volveré a buscarlo al aeropuerto y begin de begin: a casa de Pepe a cenar huevos fritos con patatas y a beber buen vino, meter caballitos hirvientes en cañas bien frías mientras el sol golpea en la acera de enfrente; volver a casa de madrugada y tocar canciones el domingo por la mañana.

Las guitarras siempre fueron una excusa.

lunes, 7 de abril de 2008

Rumspringa

Ha sido un gran fin de semana. Ha venido mi hermano Pere de visita y hemos disfrutado un tiempo estupendo, pero esta mañana al llegar al trabajo todo estaba gris. Alguien ha dejado una ventana abierta y he sentido frío. Me encontré mal... muy mal. Parecía que llegaba el invierno en vez de esta maravillosa primavera de los días pasados.

Enseguida he recordado que la persona que superaba el malhumor con una tableta de chocolate se va. Nos va a dejar una amiga que no lo es fuera de este edificio oficial, pero que nos ha tratado como a hijos de casi su misma edad.

Es normal y hasta deseable que las cosas cambien, que las gentes se muevan...

Me cisco en las carreras profesionales, en el escalafón y en la seguridad laboral.

Vacío y tristeza.