miércoles, 29 de septiembre de 2010

Vaya con la valla... y un solar en construcción

En un afán simplificador del entorno, como única forma de poder aspirar a su comprensión, me haría feliz poder dividir a las personas en buenas y malas. Sería tan bonito, tan sencillo vivir.

Que horror de mezcla: avaricia, lealtad, usura, amistad, interés, amor, cálculo, generosidad, violencia, risa, cansancio, inteligencia, miedo, poesía.

Con razón se dice que no hay nada como poner una mentira entre verdades para dotarla de perversas apariencias.

En un hueco desprotegido por la valla pensé en poner un cactus grande, redondo, enorme. De visibles púas y aspecto disuasorio. M sugirió plantar un rosal.

Cuanto de lo retorcido que tiene el ser humano subyace en esa idea.