lunes, 11 de septiembre de 2006

El tiempo

Estaba en la cama sobrellevando las primeras luces de la mañana, medio pensando en lo que sería de mí en el nuevo día, cuando se presentó sin avisar. Al rato, y sin saber cómo, vinimos a convenir que el tiempo no es sino una burda construcción mental utilizada para dotar de cadencia a vidas en las que sin el sentido de la pérdida permanentemente presente no quedaría nada salvo el vacío, la nada existencial y el miedo desesperado a lo desconocido.

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