miércoles, 30 de agosto de 2006

El arte como superación de "la realidad"

Si hubiera un plan perfecto diseñado por un ser superior para el desarrollo del mundo que conocemos: ¿el “arte verdadero” estaría en oposición a este?

Si el arte no es creación se convierte en pura diletancia, pero si este opta por embarcarse en la búsqueda de una visión propia de las cosas, alternativa a lo comunmente aceptado, se transmuta en rebeldía. Y si esta rebelión es dirigida en distinta dirección al plan superior antes nombrado: ¿acaso eso no ataca a la perfección divina?

¿Sería esa una explicación al sufrimiento de los creadores que al saltarse los convencionalismos de su tiempo han sido castigados con la locura? ¿O fué previa esa locura y, esta, la causa directa de sus distintas visiones sobre "la realidad"?

Hay quien busca otras perspectivas introduciéndose artificialmente en estados alterados de conciencia. Son múltiples las vías: desde las drogas de diseño a milenarias sustancias naturales, el dominio de la propia mente mediante la meditación, o el castigo al cuerpo físico hasta trascenderlo.

¿Artificialmente?

Si todo forma parte de un plan genial del que nada -ni nadie- escapa y este incluye multitud de herramientas para tratar con lo inefable, ¿realmente se está contraviniendo un plan, o se está siguiendo la senda marcada?

¿Qué sentido tiene una rebelión inducida que realmente no es lo primero pero sí lo segundo?

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