Todo empieza el día en que el miedo pasa a formar parte de tu interior como un sentimiento natural más, como si hubiera nacido contigo, como el querer dar un beso o hacer una caricia.
Cuando te lo inyecta la persona que ha de quererte no te planteas la justicia del acto. Así que lo echas a la espalda y empiezas a vivir con él.
Antes de que puedas darte cuenta, empiezas a tomar decisiones en base a ese miedo. Él te protege de una ira, violencia y odio inexplicables, pero que ahí están. Te haces cuidadoso, ordenado, intentas no hacer ruido, pasar por la vida como si sólo fueras a estar hospedado dos días. Intentas no molestar, no abres el frigorífico para que no te riñan, comes la comida te guste o no... Mientras, tu personalidad va desapareciendo.
Hasta que te enamoras y no puedes hacerlo de una manera normal. Lo haces también asustado, porque necesitas que ella te quiera, te acepte, te toque, te anime; que llene el vacío que dejaba sin sentido tu vida.
Para ella no deja de ser cómodo y, a ratos, hasta bonito. Se acostumbra a que cumplas siempre que puedes con sus necesidades, la necesites, la quieras, la disculpes, la animes, la toques: te llena.
Y así pasan los años, hasta que el miedoso, medio vencido por la vida, se convierte en más una rémora que un divertimento... Llega la hora de visitar nuevos puertos.
Cuando te lo inyecta la persona que ha de quererte no te planteas la justicia del acto. Así que lo echas a la espalda y empiezas a vivir con él.
Antes de que puedas darte cuenta, empiezas a tomar decisiones en base a ese miedo. Él te protege de una ira, violencia y odio inexplicables, pero que ahí están. Te haces cuidadoso, ordenado, intentas no hacer ruido, pasar por la vida como si sólo fueras a estar hospedado dos días. Intentas no molestar, no abres el frigorífico para que no te riñan, comes la comida te guste o no... Mientras, tu personalidad va desapareciendo.
Hasta que te enamoras y no puedes hacerlo de una manera normal. Lo haces también asustado, porque necesitas que ella te quiera, te acepte, te toque, te anime; que llene el vacío que dejaba sin sentido tu vida.
Para ella no deja de ser cómodo y, a ratos, hasta bonito. Se acostumbra a que cumplas siempre que puedes con sus necesidades, la necesites, la quieras, la disculpes, la animes, la toques: te llena.
Y así pasan los años, hasta que el miedoso, medio vencido por la vida, se convierte en más una rémora que un divertimento... Llega la hora de visitar nuevos puertos.
1 comentario:
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
.
Alimentando lluvias, caracoles
Y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
.
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
.
.Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta
.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte
a parte a dentelladas secas y calientes.
.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte
.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera
.
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
.
A las aladas almas de las rosas...
de almendro de nata te requiero,:
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
.
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