jueves, 29 de julio de 2010

Los hijos de Dios (Comunión I)

A ver, hija, los cristianos son personas que forman parte de una especie de club. Como ya sabes, cada club tiene sus normas de funcionamiento, sus fiestas,  y su pequeña o gran historia. Para ser miembro has de cumplir con una serie de requisitos y tener un determinado comportamiento -aunque los que mandan suelen ser bastante flexibles referente a esto último-. Al jefe del club se le conoce como Papa y viste de inmaculado blanco, adornándose con una especie de sombrerito blanco que le cubre -poco- parte de la cabeza. Es éste, creo yo,  más simbólico que práctico, ya que sol le quita muy poco. Podríamos decir que es un complemento sin el que el Papa parecería menos Papa. Ya irás viendo que en el mundo de los mayores las apariencias importan y mucho.

Su coche también es blanco. ¿Recuerdas cuando vimos a los leones en Terranatura, detrás un cristal? Pues su coche es parecido a una especie de vitrina de zoológico con ruedas. Se conoce como "Papamovil" y el motivo de que sea así es porque hay personas de otros clubs a los que les gustaría poder  hacer daño al Papa.  Por eso, cuando va de viaje y quiere saludar, lo hace subido en él y protegido por unos cristales muy duros que se llaman blindados.

Es un club muy antiguo. Tiene, aproximadamente, 2010 años, osea, 2003 años más que tú, que no es moco de pavo. Lo cual no quiere decir que sea bueno, ni malo, sino que es un club que viene de muy atrás. Parte de su historia se cuenta en un libro llamado La Biblia, y en él podría decirse que se contienen las reglas que rigen al club y a todos sus socios.

El problema es que no todo está expuesto tan claramente como debiera, porque las reglas fueron escritas como si se tratara de cuentos y las narraciones pueden resultar confusas. Al ser complicado de comprender, cada persona que lee La Biblia puede entender una cosa distinta, y como algunas personas no saben resolver los conflictos hablando, cuando alguno entiende una cosa distinta de lo que ha entendido otro, se enfada y crea otro club parecido. Estos clubs suelen pelear entre sí tratando de imponer lo que uno ha entendido a lo que otros han entendido. Si, hija, sí, un verdadero lío. Ya te explicaré aquello de que no hay peor astilla que la de la misma madera.


En el sitio donde nosotros vivimos, la mayoría de la gente  pertenece al club de los cristianos (salvo en fiestas de Moros y Cristianos, que el traje de Árabe suele ser más bonito), pero, normalmente, es por costumbre, no porque gusten más sus normas o se esté de acuerdo con los que lo mandan.

¿Qué quiénes mandan? A ver... debajo del Papa hay una cantidad  prácticamente incontable (hasta para ti, que sabes las tablas del dos y del cinco) de operarios que no vamos a perder el tiempo en aclarar qué hacen. Por ponerte un ejemplo, diremos que  hay obispos, arzobispos, cardenales, moratones,  presbíteros,  prelados, monjas, diáconos, párrocos... Reconozco que quizá alguno me lo haya inventado, pero te aseguro que hay muchos más. Infinitos... Lo que me vuelve a llevar al tema de los cuentos y a vivir de los mismos  pero de eso ya hablaremos otro día.

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