martes, 3 de agosto de 2010

Jesucristo enjolibudizado

El otro día leí que en algún sitio habían montado Memento (de Cristopher Nolan) en un orden "adecuado".


No sé, supongo que me acosté con ese intríngulis en la cabeza y hoy, en pleno duermevela, me ha dado por imaginar que la fiebre "remake" que se gastan en Hollywood va a conseguir que uno de estos días vea a Jesucristo crucificado (contrapicado hasta close up), con cara de sufrimiento -hasta aquí normal- haciendo un esfuerzo sobrehumano -sin mérito- por soltarse los clavos, y, una vez conseguido; ya en el suelo, ecceomotizado, agarrarse a la cruz, mientras la sangre le huye a borbotones por las heridas, y tirar, tirar, tirar... hasta sacarla del monte Calvario, para empezar a soltar mandobles con ella a diestro y siniestro, reventando romanos pasmados -algunos arrodillados, pero para ellos tampoco es posible ya el perdón- hasta quedarse solo. Lentos travellings de cabezas rotas, orgía justiciera bajo un sol cegador, la Virgen María que llora, la otra que también, como una Magdalena -claro...

Jesucristo, falto un poco de aire -para darle pulso dramático a la escena, no porque se haya cansado- y sabiendo que ha fastidiado el plan del Jefe, da un beso a su madre y, renqueante -igual-, parte hacia esos "otros" años perdidos que tanta cancha han dado a la imaginación.

Volverá.

Ah, el Altísimo sonríe, que no da puntada sin hilo.

No hay comentarios: