Aunque en aquel tiempo ignoraba su debilidad y hasta qué punto necesitaba de ayuda, ya desde el principio sintió cada pequeño desprecio como si algo se le muriera dentro, como si la vida se le negara de forma incomprensible y misteriosa. A cada nueva muesca, una nueva sorpresa y cada nuevo día, uno menos para el final.
El "punk" había muerto y los boogies se podían comprar en "El Corte Inglés". La efervescencia madrileña daba sus últimas bocanadas y con dieciocho años decidió hacer el camino de vuelta apenas iniciada la marcha.
Hacia atrás se reencontró con un Elvis en blanco y negro que le recordó las tranquilas tardes de sábado en las que no había planteamientos de futuro ni de pasado.
La enmarañada pelambre rizada quedó reconvertida -por mor de laca extrafuerte, cepillo y secador- en desafiante tupé y la huída en retroceso quedó bosquejada. El primer coche, el alcohol y las drogas pronto quedaron atrás...
El "punk" había muerto y los boogies se podían comprar en "El Corte Inglés". La efervescencia madrileña daba sus últimas bocanadas y con dieciocho años decidió hacer el camino de vuelta apenas iniciada la marcha.
Hacia atrás se reencontró con un Elvis en blanco y negro que le recordó las tranquilas tardes de sábado en las que no había planteamientos de futuro ni de pasado.
La enmarañada pelambre rizada quedó reconvertida -por mor de laca extrafuerte, cepillo y secador- en desafiante tupé y la huída en retroceso quedó bosquejada. El primer coche, el alcohol y las drogas pronto quedaron atrás...
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