lunes, 8 de enero de 2007

Un año más

Hasta el día cinco de enero estuve sopesando la posibilidad, un año más, de pedir una brújula a los reyes magos. Hace ya mucho que sospecho que una máquina de esas podría dar a mi vida un vuelco espectacular. No sé, creo que debe ayudar mucho saber dónde está el norte, por dónde sale el sol, si la casa en la que vas a vivir te dará calor o frío...

¡Cáspita! ¿Dejarán de ser secretos inalcanzables el lugar hacia el que camino, o la situación exacta en que me encuentro?

Como decía, esto pensaba hasta el jueves pasado; pero después de ver la cabalgata cambié de opinión. No en la utilidad que me puede proporcionar la brújula, sino en la forma de adquirirla. Francamente, a mis ojos perdieron mucho encanto sus majestades tras leer en los labios de Gaspar, como decía a sus pajes: "¡echar más caramelos, pijo!"

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